Víctor Arribas

VERDADES ARRIESGADAS

Víctor Arribas

Periodista


Volver a empezar

04/06/2023

Una vez hemos superado el sofoco de la convocatoria de elecciones en el domingo elegido más maquiavélicamente de todo el verano, los españoles hemos empezado a hacer planes para organizarnos. La movilización del electorado, siete de cada diez votaron hace una semana, no va a frenarse por la estratagema calculadora de elegir el 23 de julio para convocar elecciones, una broma de mal gusto realizada con calculador escalpelo personalista. Quien quiera de verdad votar, va a hacerlo del modo que sea necesario. El presidente se puso el otro día la careta de comprensivo para decirnos que entendía perfectamente el malestar que causa el engorro de votar en medio de las vacaciones, dejando solo al amigo camarero del chiringuito playero, pero que era lo mejor... para él. Pero de toda esta semana interminable que hemos padecido los ciudadanos tras ejercer libremente nuestro derecho al voto, lo peor ha sido que nos abronquen por equivocarnos y ser injustos en nuestra elección.

Viendo la delirante comparecencia del miércoles de Sánchez delante de sus diputados y senadores, ya no hace falta que ninguna pitonisa nos lea las cartas y nos adivine el futuro. El futuro inmediato de éste país sólo pasa por dos caminos, y nadie debe llamarse a engaño ante ese doble escenario sobre el que hay que. Guatemala o guatepeor. Susto o muerte. O el gobierno del actual presidente apoyado por sus mismos socios de ésta ya extinta legislatura, el objetivo del todavía inquilino de la Moncloa pese al revolcón que le han dado los electores a sus pactos, o un gobierno de la derecha sacudido a diario por la sobreactuación y la deslegitimación que se va a hacer contra él. El líder de la oposición debe saber que, si las encuestas aciertan, al día siguiente de abrirse las urnas tendrá ya media huelga general convocada y varias convocatorias diarias para rodear el Congreso. Las batas blancas, las mareas y los indignados van a salir de todos los rincones donde han permanecido ocultos durante cinco años. No va a ser fácil gobernar en un clima como ese, pacificar un país metido de lleno en el cainismo, encanallado en la lógica de que quien piensa como yo es aceptable y el que piensa lo contrario no merece espacio público alguno.

Ahora que la película de Garci cumple cuarenta años, esto va a ser como en Volver a empezar, pero lo que va a comenzar de nuevo es lo que ya vivimos en 2003 y desde 2012. La búsqueda obsesiva de esa difusa "ola reaccionaria" que en el fondo lo que pretende es demonizar al adversario político, ya sea un sólo voto o quince millones los que logre democráticamente en las urnas. Lo único que será insólito de todo lo que va a ocurrir en las próximas semanas es el voto sudoroso y sofocante de un sábado de julio en el que España se merecía descansar de tanto sobresalto político como padece desde hace ocho años.