Permitan que vuelva a la vivienda: merece la pena reflexionar sobre las novedades producto de la contumacia de Pedro Sánchez en anuncios salvíficos. Lo último, pisos a "gogo" en terrenos militares, antes las viviendas del Sareb, antes los alquileres sociales, y por supuesto, la legendaria y memorable Ley de Vivienda, ocasión excepcional que nunca vieron los siglos a tenor del argumentario monclovita.

Diario de Burgos publicaba algo que como ejemplo puede usarse de calibre para otras provincias: Defensa sólo dispone allí de terrenos para 25 viviendas, y esto a medio plazo porque en el solar hay un inmueble habitado por personas mayores que pagan una renta por vivir en él. El resto, opciones a muy largo plazo y pasarían por recalificaciones urbanísticas complejas. En una palabra: imposible para el problema de hoy.

En Valladolid, el concejal de Urbanismo, Saravia, reconoce que los trámites son laberínticos porque activar suelos acarrea tramitaciones legales de alta intensidad. Sería tanta la demora que invalidaría la solución. En Salamanca, los pisos de la Sareb se encuentran en lugares que nadie quiere…. Y así todo.

No me extraña, entonces, que los tres o cuatro anuncios presidenciales hayan sido tomados a cachondeo por la mayoría de los electores, a tenor de algunas encuestas publicadas. A chufla lo toma la gente, pero a mi, como con el Piyayo en el poema, me da pena y me causa un respeto imponente que haya miles de familias, cientos de miles de personas, sufriendo por pagar una vivienda, un alquiler, una hipoteca, quitándoselo de otras cosas de esas que solo se aprecian cuando se piensan que vida sólo hay una… 

Y que un problema así esté en apariencia de gestión, en manos de una demagogia charlatana, placebo de despistados y de gente sencilla dispuestos a dejarse atrapar por camelos cortoplacistas. Eso es jugar con los problemas de la gente en beneficio propio y no hay derecho.