Fernando González Ferreras

PREDICANDO EN EL DESIERTO

Fernando González Ferreras

Catedrático


Fuego amigo

22/04/2023

En el mundo militar se llama fuego amigo a los ataques o disparos que provienen del mismo bando por el que se combate. Son errores accidentales e inesperados producidos por fallos de coordinación. Pero, fuera del ámbito militar, el fuego amigo es completamente diferente ya que no es accidental, sino intencionado. No se produce por fallos accidentales, son ataques traicioneros, directos y premeditados que tienden a eliminar del juego a los que estorban en el logro de los objetivos personales o del grupo que lo ejecuta. Es doloroso que te ataquen tus adversarios, pero que lo hagan tus compañeros, es una pesadilla que puede lesionar la autoestima, la estabilidad emocional y la valoración social. El fuego amigo es uno de los peligros más reales y frecuentes al que hay que temer.
Winston Churchill lo dejó muy claro. Cuando un parlamentario le hizo un comentario sobre los laboristas sentados enfrente, Churchill le comentó: «No se confunda usted. Son nuestros adversarios los que están enfrente; nuestros enemigos se sientan detrás». La razón es obvia: llegar a la cima y permanecer en ella es el deseo de muchos pero son pocos los que lo consiguen, por lo que eliminar competidores y colocarse por delante de los demás es fundamental para lograrlo y mantenerse. Y para ello vale cualquier método. Por ello escasean los políticos vocacionales, los que llegan con la ilusión de hacer un  mundo mejor. Estorban porque ponen en peligro la supervivencia de los mediocres. Me temo que la política se está convirtiendo en el destino ideal de las personas que quieren vivir de ella para disfrutar de lo que no han podido conseguir por su capacidad. Y para eso se dispara contra quien haga falta. El fuego amigo es habitual en todos los partidos. Cifuentes, expresidenta de la Comunidad de Madrid, atribuyó su calvario judicial (caso máster y vídeo de las cremas) a un complot de personas de su partido (el PP). También Mariano Rajoy achacó la denuncia del cobro de sobresueldos a una guerra interna entre la vieja guardia (dirigentes de la época de Aznar) y los jóvenes (Cospedal y Soraya). «Fuentes autorizadas del PP» están acusando al alcalde Almeida de «no tener proyecto de ciudad». El fuego amigo hace muy difícil la convivencia en Castilla y León en el Gobierno entre PP y Vox.
Yolanda Díaz padece fuego amigo por parte de Podemos, pero bien que se vengó en la entrevista con Évole. Su plan de recorrer España para presentar su etéreo y desconocido proyecto «transversal en una nueva izquierda» (me suena a comunismo de marca blanca) no ha gustado nada a Belarra y Montero que lo han despachado con «ni que fuera una gira artística». Y Pablo Iglesias sigue incordiando y disparando contra todo y contra todos en un intento de marcar un espacio electoral diferente para el momento en que se rompa la coalición de gobierno.
El PSOE achaca al fuego amigo las críticas contra el Gobierno. Creen que los perdedores del congreso que aupó a Sánchez siguen enredando al censurar las alianzas que consideran que traerán graves consecuencias electorales. Jordi Sevilla, un peso pesado del PSOE, ha publicado una carta abierta al presidente del Gobierno con un título revelador: «Presidente, algo no funciona». Fuego amigo demoledor. Giulio Andreotti, político italiano, declaró que «hay amigos íntimos, amigos, conocidos, adversarios, enemigos, enemigos mortales y compañeros de partido». Los enemigos más peligrosos suelen estar entre los compañeros.