Como ya sucediera en otras ocasiones, el Ayuntamiento de Soria abre sus puertas a la opinión de la ciudadanía a través de los Presupuestos Participativos en Los Barrios, los cuales, tras pasar por un primer periodo de presentación de propuestas, y un segundo de evaluación técnica de las mismas, se encuentran en fase de votación para que sorianos y sorianas elijamos los que más se adaptan a nuestros gustos y necesidades. Supone este un formato de apertura y transparencia que, aunque no es novedoso por ser algo que también se realiza en otros ayuntamientos del país, sí que es acertado, e incluso necesario, por aquello de dar voz a los que no suelen tenerla en lo que a legislación local se refiere.
Son un total de 26 las ideas que han pasado las primeras cribas, dando lugar a un variado abanico de acciones, que van desde las intervenciones más originales e innovadoras -mi favorita, si he de ser sincera, es la creación de un mercado navideño-, hasta aquellas cuyo objetivo es el mantenimiento, en un adecuado estado, de los servicios con los que ya cuenta la ciudad. Hay, además, otras especialmente interesantes, ya que suponen inversiones de menor cuantía -por lo que se antojan más sencillas de llevar a cabo- pero que a la vez cubren ciertas carencias sociales en las que quizás nadie antes había reparado (como la biblioteca cabina, la caja de leer, o la promoción del cohousing, entre otras).
La legislación participativa ofrece a la ciudadanía la posibilidad de opinar más allá de las urnas. Iniciativas como los presupuestos infantiles o los juveniles nos dan la opción de aportar nuestro punto de vista, generando con ello una suerte de inteligencia colectiva en la que ganamos todos. El gobierno local es, sin duda, el órgano de gestión más propicio para dar lugar al trabajo conjunto, en el que la aportación de ideas sea la suma de todos. Pero todo ello requiere de una implicación de la vecindad, que vaya más allá de los intereses personales y logre, con sus propuestas, un entorno cada vez más agradable para la mayoría
Y es que una de las idiosincrasias de esta España Vaciada nuestra es que aunamos fuerzas todos a una. Somos conscientes –mucho más que otras provincias de mayor tamaño- del poder que tiene la unión, y en base a ese mantra entendemos el futuro de nuestra localidad como un proyecto común. Nos implicamos en ello y trabajamos en pro del mismo, identificándolo como parte de nuestros intereses individuales, y tomando consciencia de que solo avanzando como provincia lograremos la consecución de otros retos más personales. Es por ello que estas propuestas presentadas a los Presupuestos Participativos de los Barrios se postulan como iniciativas que mejoran la calidad de vida de los ciudadanos y ciudadanas de nuestra ciudad. 
Soria sigue creyendo en sí misma y, lejos de que realidades como la incesante despoblación nos desmotiven, su ciudadanía sigue apostando por seguir creciendo, mejorando, y luchando. Atrás quedaron los tiempos en los que definirse como soriano era casi motivo de desazón o vergüenza. Ahora, narramos con orgullo las bondades de nuestra tierra que, por cierto, van mucho más allá de los torreznos. Soria se mueve, hacia un futuro en el que todos y todas habitaremos una ciudad pensada en colectivo, una ciudad más amable, con más oferta cultural, más sostenible, y con un mayor atractivo para el turismo.