César Millán

César Millán


Y de nuestra sanidad, ¿qué?

19/11/2022

Soy consciente de que hay autonomías que tienen muy arraigado ese sentimiento de comunidad del que carecemos buena parte de los castellanos. Su identidad colectiva, idioma y cultura las ha señalado como nacionalidades históricas -aunque hablando de historia creo que poco tenemos que envidiar, al contrario, los llamados castellanoleoneses-, pero es cierto que mantienen un carácter que les identifica como pertenecientes a un colectivo que representa su Autonomía. 
A pesar de haber trabajado dentro del mundo de la cultura a nivel regional, de tener conciencia de lo que es y representa Castilla y León, creo que hay espacios que tendrían que ser iguales para todos los españoles. La educación, la seguridad y la sanidad deberían ser gestionados -lo digo desde el máximo respeto hacia quienes ejercen y piensan lo contrario-, desde el gobierno de la nación. Está claro que el sistema educativo autonómico está consiguiendo que exista una mayor identidad regional, pero conlleva, en muchas ocasiones  una formación diferente entre las distintas comunidades autónomas, además de generar conflictos políticos a la hora de variar los diferentes sistemas educativos. Y por encima de todos, está la sanidad. No tengo queja alguna de los profesionales que me han atendido a mí y a los míos, al contrario, he notado siempre una atención, una profesionalidad y, lo que es también importante, una humanidad sobresaliente. Por no hablar del esfuerzo constante para realizar un trabajo que en muchas ocasiones tiene que superar las limitaciones que tiene Soria. Pero a nadie se le escapa  que el sistema sanitario de nuestra región tiene notables carencias asociadas a la falta de personal (un mal por desgracia generalizado en todos los aspectos de nuestra vida) y los problemas que provoca una autonomía tan extensa, envejecida y despoblada. Por no hablar, claro está, de la situación económica, que si siempre ha azotado a Castilla y León, es ahora cuando más se pone en evidencia y que genera que  dichas carencias vayan aumentando a medida que pasan los meses.
A nadie se le escapa lo que está sucediendo en la sanidad de comunidades cercanas, del caos en se han visto sumidas algunas regiones. Quienes siempre hemos padecido unos problemas que ahora se muestran generalizados por los recortes en algunos territorios y al margen de las cuestiones políticas (está claro que siempre las quejas viene de los partidos de la oposición, unos echan la culpa al gobierno regional y otros al nacional), asentimos en silencio cada vez que nos informan sobre la falta de médicos, enfermeras, auxiliares y celadores, de la carencia de medios, de consultorios, de pruebas específicas, de largas, por no decir eternas, listas de espera en ciertas especialidades.
Quizá sea la hora de replantear las cosas y que sean los profesionales, los que verdaderamente conocen los problemas y su posible solución, los que deban tomar las riendas y buscar una solución. Aunque a nadie se le escapa que en temas de salud el tiempo siempre corre demasiado deprisa para todos, en especial para los pacientes.