La menguante cesta de la compra de las familias sorianas

S.Ledesma
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Familias numerosas, amas de casa y pensionistas sorianos perciben una escalada«imparable» del precio de los bienes de primera necesidad; lamentan la «precariedad» delas dietas y se preguntan hasta cuándo va a durar esta situación "insostenible"

La menguante cesta de la compra de las familias sorianas - Foto: Eugenio Gutiérrez

Los hogares pagan cada vez más por la alimentación. Desde hace meses se da la paradoja de que mientras la inflación general se modera, el precio de la comida no para de subir. La incapacidad para garantizar una dieta sana y variada (un derecho, al fin y al cabo) se está menoscabando por el aumento de precios y eso se traduce en desviarse hacia una dieta menos adecuada, con más precocinados (porque son más baratos) y menos frescos, así como en una menor variedad y acceso a productos saludables. Es la denominada inseguridad alimentaria, un eufemismo de la pobreza que se vive en la actualidad. En la provincia se evidencia que muchos hogares no tienen una dieta adecuada, no por antojo, sino por necesidad: las familias lo notan y así nos lo han contado. Y es que, indican, los hábitos de compra han ido cambiando por la «imparable» escalada del coste de los alimentos. «Nunca antes había sido tan cara la cesta de la compra, es insostenible». Los hogares optan por «marca blanca, productos más baratos y, cuando se puede, comparar precios en diferentes establecimientos». Y eso «es precariedad en la dieta». 

tomar medidas. «Es en las compras más voluminosas en las que se nota más el encarecimiento de los alimentos; antes con 50-70 euros podías hacer dos compras semanales y ahora no baja de los 100 euros cada vez que tienes que hacer una compra grande». La apreciación es del presidente de la Asociación de Familias Numerosas de Soria (Afanso), Alfonso Fernández, quien hace una radiografía de lo que le trasladan los propios asociados, alrededor de los 150 principalmente en la ciudad. 

En este concepto se engloban las familias con tres hijos como mínimo; a partir de cuatro se consideran familias numerosas especiales. Dentro de la Federación, indica Fernández, las hay con hasta 12 y 13 menores, aunque las reivindicaciones son «para todos los tipos de familia». «Estaría bien que, aunque ya se tomaron medidas con productos básicos, se continuase con ellas o se adoptasen algunas nuevas porque todas las familias tienen sus necesidades y sus circunstancias», incide el presidente de Afanso, quien se refiere a una cuestión de poder adquisitivo, «diferente en los distintos tipos de familia». Por eso, «cualquier tipo de ayuda, como una rebaja del IVA o facilitar el acceso a los alimentos frescos, ahora poco accesibles, es importante». 

Porque tener una dieta equilibrada es sinónimo de bienestar y salud, desde Afanso inciden en la necesidad de que sean más asequibles los comestibles, sobre todo los que son frescos. «Todos tenemos esperanza en que la situación mejore, pero es verdad que los productos que llegan a subir tanto es difícil que en un momento dado bajen -a no ser que se tomen medidas al respecto-, así que la situación es complicada», considera Fernández, quien admite que muchas familias numerosas optan por otro tipo de alimentos en los que la calidad es más baja. «Se compran carnes y pescados más baratos y peores [nutricionalmente hablando], pero también hay otros productos que son necesarios, como el detergente para lavar la ropa, y que también han incrementado el precio», recalca.

En cuanto a otro tipo de necesidades, el presidente de Afanso indica la importancia de que tuvieran algún tipo de subvención o rebaja por parte de las administraciones locales. «Aunque algunas familias ya disfrutamos de un bono social para suministros, hay otras cuestiones que también son importantes, como las actividades deportivas o culturales para los niños», mantiene. 

ayudar a los jóvenes. Desde la Asociación Provincial de Amas de Casa, Consumidores y Usuarios Numancia, donde la mayoría de sus 118 asociados son jubilados, se lamentan del panorama:«Al final no sé si lo vamos a poder soportar, pero es una situación muy complicada sobre todo para los más jóvenes, que ni siquiera pueden independizarse con trabajo porque el sueldo les da para poco». En este sentido, rompen una lanza a favor de este sector de población, pues «son el futuro y están viendo que no tienen oportunidades». «Se debe hacer algo por los jóvenes, porque si pagan el alquiler no pueden pagar la comida u otros gastos [como los suministros]», indican las mismas fuentes organizativas. 

No son pocos los jóvenes que recurren a los padres para contar con algún recurso extra, como las socorridas fiambreras con comida casera o para poder comer productos frescos (frutas, verduras, carne y pescado) y de calidad a los que de otro modo no podrían acceder. «Lo vemos con algunos asociados y es normal que ayuden a sus hijos porque antes ibas con 50 euros a la compra y podías hacer algo, pero ahora por ese mismo precio no te llevas nada». 

sacrificio. Sobre este fenómeno reflexionan desde la Federación de Jubilados y Pensionistas de Soria. «Estamos viendo que las personas mayores se quitan de hacer algunas actividades que tenemos, aunque sean de copago al 50% y sean seis euros al mes, para poder ayudar a sus hijos y nietos, y es una tristeza tremenda porque nuestro objetivo es dar dinamismo al colectivo y paliar la soledad», explica su presidenta, Montse Martínez. Para la Federación «es muy duro» abordar esta tesitura porque se trata, fundamentalmente, de colaborar para «alimentación».

«Estamos muy preocupados», remarca Montse Martínez, quien asegura que a través de la red de federaciones de Castilla y León «estamos dándole vueltas, porque tenemos la misma sensación, y para ver si vemos posibles medidas», aunque son conscientes de que es «complicado». Entienden que la gente mayor «tiene unos rasgos especiales de sacrificio y lo pagan con ellos mismos; 'yo el último y ayudo a mis hijos', dicen». 

Pero a los pensionistas del medio rural se les complica más la adquisición de alimentos, también si quieren ayudar a sus hijos:«Cuestan más caros porque dependen de lo que les lleven en una furgoneta, no tienen a alguien que les pueda hacer la compra, así que tienen más dificultades que cualquier otro jubilado; deberían tener algún tipo de ayuda».