Jesús de Lózar

Jesús de Lózar


La fábrica

29/04/2023

Camino del cementerio, la tejera, la fábrica de gaseosas Arenas en los bajos de las casas de Rilova y extramuros la de harinas, pasado el arco de la Cárcel, en el Arrabal. En todas se fabricaba algo, tejas, ladrillos, gaseosas, pero para nosotros la fábrica por antonomasia era la de harinas, la María Cristina, con sus cangilones y el traqueteo constante de toda su arboladura interior. Propiedad de la viuda de Arroyo, con 767 mil pesetas de capital en los años cincuenta, 36 CV de potencia y una capacidad de molturación de 12.800 kilos al día, la compró Donato Martín, el señor de Burgos, aunque era de Tapia, el pueblo de Ignacio Gutiérrez, el presidente de La Barriada. Garantizado su mercado con la venta de su producción a las galleteras de Aguilar de Campoo.
La fábrica se cerró y hoy es un solar vacío.  En el molino junto al río con el tiempo hicieron un centro de turismo rural que se mantiene. 
En los años setenta existían en España 1.600 industrias, ubicadas casi todas en el medio rural. Fábricas muchas veces con nombre de mujer, como las azucareras. Aquí se contaban más de veinte. Langa, San Esteban, tres en El Burgo, La Aurora, La Única y Carmen, Valdealvillo, dos en Almazán, en Miño de Medinaceli, Arcos de Jalón, Quintana Redonda, Quintanas de Gormaz, Cihuela, Almarza, Soria, Garray, Almenar, Gómara, Ágreda, Ciria.  El plan de reestructuración de 1973 produjo la salida incentivada de 1000 industrias, el cese de la actividad de las pequeñas y el aumento de la capacidad productiva de las que siguieron.  En las últimas décadas hay una reducción constante de industrias al mismo tiempo que se produce la integración y fusión de las pequeñas. A finales de los ochenta hubo en Soria un intento en el sector de aunar esfuerzos en Trigos y Derivados SA (TRIDESA). No prosperó por sus cuantiosas pérdidas y seguramente por carecer de un verdadero proyecto empresarial. 
Según datos de la Asociación de Fabricantes de Harinas y Sémolas de España (AFHSE), hemos pasado de 196 fábricas de harinas en 2004 a 90 en 2022, menos de la mitad. En Castilla y León ya no hay nada en Salamanca y Segovia. Quedan dos instalaciones en Burgos, una en Ávila, León y Palencia, dos en Soria, tres en Valladolid y cinco en Zamora. En total, quince fábricas, cuando hace cincuenta años solo en nuestra provincia teníamos 21. En muchos pueblos. La mayoría de las fábricas actuales siguen estando en el medio rural, próximas a zonas cerealistas con lo que supone de dinamización de la actividad económica y de creación y mantenimiento de empleo, más de 25 por empresa. Con capital íntegramente español lideran el mercado Harinera Vilafranquina, con una fábrica en Arévalo, Grupo La Meta de Valls Companys con La Palentina en Villalobón y Arandina.
Un río, un molino. Un salto de agua y una industria harinera. Una fábrica y un patrimonio industrial, cultural y natural. 
El futuro de la industria está en la especialización, como están haciendo en San Esteban de Gormaz los Sucesores de Javier García del Valle, en su día el primer exportador de pimentón. Hoy elaboran en su fábrica de cilindros y en el molino de piedra harinas ecológicas y de legumbres, de garbanzo, guisante, lenteja y habas, sin gluten, integrales, de trigo, centeno, cebada y espelta.
El patrimonial, además de usar los molinos como segunda residencia,  casas rurales o un espacio cultural como el Molino de Abajo de Rioseco,  la posibilidad de  hacer de las fábricas de harinas un importante recurso turístico. El Molino de Alcuneza en Sigüenza o la Fábrica de Harinas La Gloria de San Millán de la Cogolla lo atestiguan.