Cineclub de la UNED, más que 24 películas

S.Almoguera
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La iniciativa cultural celebra este año su trigésimo aniversario posicionándose como un «referente cultural» soriano siempre con el objetivo de ofrecer «un punto de encuentro» con el séptimo arte más destacado

Cineclub de la UNED, más que 24 películas

Cuando aquel otoño de 1993 todo comenzó al ritmo de Little greenback y un joven director del que nadie sabía nada, Quentin Tarantino, nadie imaginó que 30 años después seguirían hablando de aquella primera proyección, de ese café entre un par de extraños (aunque con una pasión común por el cine) que dio origen a todo. Pero 645 películas después (669 con las 24 que se propondrán en la nueva temporada), «con el pelo más blanco y quizá menos abundante», puntualiza con sentido del humor Carmelo García, ahí siguen ofreciendo al público el cine más interesante, el más premiado, el más alternativo, siempre fiel a su filosofía de filmes inéditos en Soria. El Cineclub de la UNED celebra tres décadas de difusión y promoción del séptimo arte en las que ha sido escuela, cantera y solaz de cinéfilos y lo hace, como siempre, abriendo el próximo 18 de octubre en los cines Mercado una nueva temporada con 24 títulos que recogen lo mejor de la pasada temporada cinematográfica y algunos esperadísimos estrenos como Cerrar los ojos, la vuelta a las pantallas de Víctor Erice (El espíritu de la colmena, El sol del membrillo). Hasta el mes de mayo, los abonados del Cineclub podrán disfrutar cada miércoles de las películas seleccionadas por Roberto González, Julián de la Llana, José María Arroyo y Ángel García Romero pero, sobre todo, de un espacio para compartir afición cinematográfica. De hecho, el Cineclub nació como un «punto de encuentro para amantes del cine», un pequeño espacio para disfrutar, compartir y comentar un tipo de filmes, más artísticos, menos comerciales, que no llegaban a las salas sorianas. Arrancó, «un poco a lo tonto», recuerda con humor Roberto González, una de las dos personas (la otra era Carmelo García) detrás de aquella taza de café con la que comenzó el Cineclub. Comenzaron con ganas una programación en la que se encuentra un título (Reservoir dogs, de Tarantino) que forma ya parte de la historia del cine, pero sin sospechar «nunca que tendríamos una trayectoria tan extensa», explica Carmelo García, coordinador del Cineclub. Arraigado plenamente en el ambiente cultural soriano, el éxito del mismo, insiste García, no tiene más explicación que la «fidelidad» de un público que ni siquiera en los momentos más difíciles, los de la pandemia de la covid-19 que motivaron la suspensión de la temporada 2019-2020 y las restricciones de temporadas sucesivas, dio la espalda. Al contrario. Casi sin darse cuenta, «celebramos los 20, los 25 y ahora los 30 años», señala el coordinador. Roberto González toma prestada la frase de un personaje de Alien, el octavo pasajero para resumir estas tres décadas de cine: «Lleva tanto tiempo conmigo que no recuerdo otra cosa». Quizá, apunta, estas palabras puedan explicar que en estos tiempos actuales en los que la aparición de las plataformas audiovisuales han cambiado incluso la forma en la que se consume el cine «la gente siga acudiendo» a la llamada del Cineclub de la UNED. Lo bonito, insiste Susana Soria, la 'voz' del Cineclub en los medios de comunicación radiofónicos y la encargada de la difusión en redes sociales, es que el público sigue apostando por «esa cita semanal con mucho cariño».

En 1993, las películas se proyectaban en formato analógico en el Palacio de la Audiencia (la segunda sede del Cineclub tras iniciar sus primeras proyecciones en la Casa de la Tierra, que pronto se quedó pequeña), una tecnología que dio algún que otro susto, como cuando la distribuidora se equivocó y mandó a Teruel la cinta que se iba a proyectar en Soria. «Salieron dos coches, uno de Soria y otro de Teruel, con la película, para quedar a mitad de camino» para intercambiarlas, rememora Carmelo García entre risas. Consiguieron llegar a tiempo a la hora de la sesión. Eran también los tiempos del vídeo VHS, los primeros del DVD que pocos tenían y que apenas hacían aventurar el Blue-ray. También el paso del tiempo marcó una evolución del Cineclub cada vez más enfocado al disfrute de una de sus principales señas distintivas: su publicación anual. «Comenzamos con una revistilla de pocas páginas que se ha convertido en un monstruo [de más de 200]», destaca con sentido del humor Roberto González, cuyas reseñas de los filmes programados y ciclos, junto las del resto de colaboradores, se han convertido en codiciado objeto de coleccionista para muchos cinéfilos. Aquella primera revista, recuerda en los tiempos ya del 5G, la escribió con máquina de escribir, pero «electrónica», puntualiza con humor.

Pero la revista del Cineclub de la UNED no sólo fue lo único que fue creciendo. Se incorporaron nuevas secciones paralelas que, junto a Miradas de cine, continuaron explorando en cine desde distintas perspectivas y géneros, del documental a través de una colaboración especial con la Seminci de Valladolid, a la estrecha vinculación entre cine y gastronomía, pasando por todas aquellas películas rodadas en una Soria de cine, sección que coordina Julián de la Llana y que ha exhibido ya 52 filmes, algunos muy desconocidos.

Más equipo. Cuando el Cineclub se hizo también cargo de la organización del Certamen Internacional de Cortometrajes Ciudad de Soria, entre los años 2003 y 2007, fue necesario incrementar, asimismo, la plantilla de colaboradores. Fue así como se incorporaron, entre otros, Susana Soria, Ángel García Romero y José María Arroyo. Fue, asegura éste último, una etapa «interesante» en la que, además, se inició una estrecha colaboración con el Campus Universitario Duques de Soria a través de cursos de cinematografía con los que consiguieron «echar la caña» a nuevos públicos. Para Arroyo, el Cineclub es una buena forma de tomar «el pulso a toda la cinematografía y a todos los estilos». Los espectadores saben, insiste, que el hecho de que una película sea incluida en su programación implica un marchamo de calidad. «Confían en nosotros», agrega Arroyo. Y puede, admite, que no sean las mejores, pero sí las más interesante o los títulos que pronto se convertirán en películas de culto. El Cineclub de la UNED no sólo descubrió al público soriano a Tarantino, también a cineastas tan notables como Paul Greengrass (Domingo sangriento) o, a nivel nacional, a Julio Medem o, más recientemente a Rodrigo Sorogoyen (El reino, As bestas), del que en 2013 se proyectó Stockholm, el filme que inició su encumbramiento. Pero efectuar la selección de los filmes, puntualiza el coordinador, Carmelo García, cada vez es más difícil. La apertura de los multicines Lara en el Centro Comercial Camaretas en 2006 y de los cines Mercado de la capital soriana en 2019 amplió exponencialmente la oferta cinematográfica en la provincia y, puesto que la filosofía del Cineclub sigue siendo ofrecer cine inédito en las salas sorianas (con alguna excepción; este año La peor persona del mundo y la reestreno de la mítica París, Texas de Wim Wenders). Ahora, como recalca Roberto González, las opciones se reducen y hay que tener «el ojo más abierto para adelantarse a los estrenos y a los festivales para intentar reservar». Aún así, siempre consiguen sacar «una programación más que aceptable», indica García. 

De hecho, recomienda González, este año no hay que perderse ninguna. La cartelera de la próxima temporada incluye auténticas joyas como Cerrar los ojos, Ellas hablan o 20.000 especies de abejas con la «sorpresa» de la gran presencia del cine español: ocho títulos en total, detalla el coordinador de la iniciativa. Aunque, como recalca González, aquí «no hay cuotas. Se pone lo que hay», el cine más destacado e interesante. Eso sí, en los últimos años, «quizá porque ahora hay más mujeres realizadoras», explica Susana Soria, se han introducido más temáticas y cine hecho por mujeres. 

En estas tres décadas de cine el público de esta iniciativa cultural ha vivido muchas anécdotas, como aquella película española a la que no hubo manera de quitar los subtítulos en japonés, o los ingeniosos trucos del personal del Palacio de la Audiencia para conseguir adaptar las copias de 16 milímetros a los formatos de exhibición que tenían. 

La Audiencia, en diversas etapas (la última durante la pandemia de la covid-19), ha sido una de las sedes principales del Cineclub de la UNED a lo largo de su historia. Otros cinco años estuvieron 'alojados' en el cine Rex y, tras su desaparición, volvieron de nuevo a La Audiencia, hasta que en la temporada 2019-2020, se trasladaron con incertidumbre a los cines Mercado. Sin embargo, apunta García, el público acogió muy bien el cambio, así como la opción del multihorario. Eso sí, admite el coordinador, «se ha perdido el concepto de grupo, de esos saludos antes y después de la película». Aún así, hay ganas de seguir, por lo menos, otros 30 años más.