Silvia Garrote

JALÓN POR LA VEGA

Silvia Garrote

Periodista


La queja sirve

07/04/2023

Aseguran que los castellanos somos de poco quejarnos. No digamos las castellanas. Creo que esto está cambiando poco a poco, aunque aún nos queda mucho trecho. En cuestiones de salud pública somos de quejarnos mucho, porque el panorama no está para menos, pero lo hacemos de puertas para adentro, en vez de usar los cauces debidos, que serán efectivos o no, pero al menos se registran y llegan a algún lado; pero nos da miedo que nos encasillen, que piensen que vamos contra alguien.
 En la era de las redes sociales y el tendedero público en el que compartimos de todo, las quejas van saliendo a la luz, bien argumentadas, incontestables en muchos casos. Y creo que está bien que se conozcan, porque los políticos creen que todo va de política, pero no es así. Cuando una persona padece un cáncer en una provincia sin dotación para su tratamiento, la queja no solo es lícita, sino que merece toda la atención de las instituciones, básicamente porque están ahí para dar soluciones a casos así, con nuestros impuestos, por cierto. Y no se va contra ninguna opción partidista en concreto por denunciarlo públicamente, es simplemente una cuestión de justicia y humanidad. 
Una de estas situaciones contadas fue la de Ana Patricia (Anapa, para los que la conocemos), una joven profesora de Soria, deportista y vital que un día se vio metida de lleno en el proceso de recuperación de un cáncer y contó el calvario y, sobre todo, lo injusto que ese camino penoso fue para ella y para otras tantas personas que tienen la doble mala suerte de enfermar en el lugar equivocado. Y siempre estas situaciones te llegan, pero lo hacen mucho más cuando conoces a esa persona, te toca en propias carnes o te roza de cerca, y nadie está a salvo de que le ocurra. 
Todos conocemos, por desgracia, casos de personas con cáncer en Soria que tienen que ir hasta Burgos para recibir el tratamiento, un viaje lento e incómodo que supone cuatro horas de carretera en ambulancia compartida para cinco o diez minutos de estancia en el hospital, cuando no resulta infructuoso porque el aparato no funciona; sabemos muy bien que hay personas que, haciendo ese viaje por su cuenta, se les paga una miseria o, directamente, no se les abona; nos han contado los madrugones, la incomodidad, la imposibilidad en muchos casos de poder permanecer en su propia casa, con el entorno familiar y social que las personas en esa situación de vulnerabilidad necesitan; la dificultad de acceder a tratamientos complementarios, como la fisioterapia o la psicología... Es injusto, es inhumano, es inmoral. 
El próximo 22 de abril se va a celebrar Pedalovida, una iniciativa ciudadana con carácter solidario, cuyo objetivo es hacer visible el trayecto que realizan los pacientes oncológicos de Soria hasta Burgos para poder recibir sesiones de radioterapia. Varias personas se han unido a Ana Patricia para hacer este recorrido en bicicleta, dándose relevos hasta el hospital burgalés, una acción que reivindica la injusticia que supone padecer cáncer y hacerlo además en Soria; pero también la iniciativa se ha propuesto recaudar fondos para ayudar a la Asociación Española contra el Cáncer en Soria, y vaya si lo está consiguiendo. 
Se han superado todos los objetivos previstos, tanto con la venta de maillots, como con las camisetas y la campaña de donaciones que se ha puesto en marcha. La sociedad soriana se está volcando con esta iniciativa que visibiliza una injusticia. 
La queja sirve, la reivindicación sirve, sacar a la luz los problemas sirve, y la solidaridad con las causas justas, definitivamente, sirve. Enhorabuena a Pedalovida.