Loli Escribano

SIN RED

Loli Escribano

Periodista


La amabilidad del Homo Sapiens

12/03/2021

Hasta hace poco, los investigadores defendían la hipótesis de que el Neandertal se extinguió porque no era tan inteligente como el Homo Sapiens. Ahora, los científicos están descubriendo que tenían facultades intelectuales semejantes. Los Neandertales podrían tener un lenguaje propio y sociedades complejas como los Sapiens. Lo que les diferenció fue la amabilidad. La capacidad que tenían los Sapiens de ayudarse, de trabajar con extraños, de colaborar para lograr un objetivo, que no tenía la otra especie. La amabilidad es una estrategia poderosa. Un arma que parece se ha quedado en el camino. Es la sensación que da este jolgorio al que asistimos últimamente en el  que se mezclan vacunados de dudosa moralidad, mociones de censura, dimisiones, elecciones anticipadas y, cómo no, feminismos y machismos. Falta amabilidad entre las mujeres que paladean el 8M y lo convierten en arma arrojadiza contra un enemigo que crean a imagen y semejanza de sus ideales: el hombre. Echo de menos la amabilidad en las declaraciones y los actos de feministas que deberían servir para conseguir la igualdad en vez de para espolear al sexo contrario. No es necesario el odio para alcanzar una meta. Si los colectivos obvian la amabilidad en sus intentos por hacerse valer, acabarán como los Neandertales. 
Falta amabilidad en los escaños de los gobiernos autonómicos donde dimiten, presentan mociones, rompen pactos y dejan en shock al socio con disoluciones y nuevas elecciones. La ciudadanía percibe estos movimientos de efecto dominó como estrategias que lejos de buscar el bienestar de cada autonomía procuran el bienestar personal de sus señorías. El egoísmo frente al altruismo. En vez de agruparse para mejorar las condiciones de la sociedad, se re agrupan por intereses espurios. Cuando comenzó el confinamiento, se prodigaba la idea de que íbamos a convertirnos en mejores personas. Que los valores materialistas y superficiales dejarían paso a principios profundos y puros. Loas a la amistad y el amor que resultaron ser efecto de la enajenación transitoria que nos atacó encerrados entre cuatro paredes con las mismas dos o tres personas, pegando nuestras narices a las pantallas de móviles, tablets y ordenadores para comunicarnos con el exterior. Con la era vacunas hemos comprobado que aquel cambio no se produjo. Nos preguntamos porque a mí no me toca ya y nos da envidia cuando vacunan a otros. Ya no digo nada cuando trasciende que algún cargo o personaje Real o semi real se ha saltado la cola. La amabilidad que como Sapiens deberíamos tener en plena vacunación se nos ha perdido entre antígenos, PCR y la propia Covid. A este paso, sin un gramo de amabilidad, nos extinguimos como les ocurrió a los Neandertales.