Yo, que soy de letras, confieso que tengo que prestar especial atención a los números. Y eso que me gustan. Me llaman la atención las combinaciones que veo en matrículas, en las horas digitales de los relojes, en las páginas de los libros. A mí, que soy por vocación irracional, me encantan las señales que se esconden en esas cifras mágicas. Siempre les busco un significado oculto que no suelo encontrar. Como tampoco encuentro mucho significado a los presupuestos que en estas fechas nos bombardean desde todas las instituciones públicas. Admiro a quienes diseñan esas cuentas y consiguen que gastos e ingresos, coincidan. Como si en vez de economistas, detrás de esos números hubiera un mago con una varita mágica pronunciando su particular abracadabra. A veces me muevo en la duda, porque no sé si es magia o un milagro cuando, de repente, aparecen partidas milagrosamente o como efecto de un truco de última hora que el prestidigitador tiene guardado para deslumbrarnos en su show. Partidas como los más de ocho millones de euros para el aeroparque tecnológico industrial, el ATI. Unas siglas que recuerdan más a un partido político que a un proyecto de desarrollo provincial. Dicen desde la Junta de Castilla y León que de esos ocho millones de euros, cuatro servirán para ampliar la pista de aterrizaje de Garray. Dicen que corresponden al Plan Soria. Dicen que son los millones que debería haber ejecutado en los dos últimos años. Los otros cuatro millones de euros se destinarán a terminar algunas Cúpulas de la Energía. Esos cuatro millones, aún no sé si salieron de la chistera de Igea, porque Mañueco es tan invisible que ni siquiera aparecería en este espectáculo figurado ni como el voluntario al que le cortan el cuerpo metido dentro de un cajón.

También acaban de aparecer 60 millones de euros del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones para construir el Centro de proceso de datos. Estos 60 millones (¡ojo!, más que el presupuesto que tiene la Diputación y más que el presupuesto que tiene el Ayuntamiento de Soria para 2021) dicen que saldrán de una partida no provincializada. Éste sí que ha sido un truco majestuoso o un milagro a la altura del de los panes y los peces. Y yo, que como dije al comienzo, no tengo ningún dominio sobre los números, la economía ni las matemáticas; me pregunto si ese trasvase, ese ir y venir de millones de euros, ese salir de la nada de cantidades ingentes; solo se puede hacer en las dos últimas semanas del año. Me pregunto si por arte de birli y birloque no sería posible hacer esas cuentas de la vieja con más frecuencia. Quitar de allí para poner acá con la intención de hacer justicia con una tierra olvidada, desde hace tanto tiempo, que ya confundimos la magia y los milagros.