Loli Escribano

SIN RED

Loli Escribano

Periodista


Margaritas

07/01/2022

Mis flores favoritas son las margaritas. Es la primera especie que reconocí en mi niñez porque crecían salvajes en cualquier descampado, en las juntas de algunos adoquines de las aceras de mi calle y en cualquier jardín público y privado. Después descubrí las lilas en los patios de las casitas de mi barrio que lo perfumaban durante varias semanas y en el aula cuando los alumnos las llevaban en mayo, el mes de la Virgen. Nunca supe porqué mayo era el mes de la Virgen, pero llenábamos las clases de flores que me mareaban con su empalagoso aroma. El resto de las especies las fui descubriendo de manera desinteresada, fortuita, porque iban apareciendo plantadas en medio de nuestras rutinas: los crisantemos de los muertos, la rosa del PSOE, las amapolas de nuestros campos, los claveles de la revolución portuguesa o las violetas perfumadas de Antonio Machado. Las flores no me interesan especialmente. Las margaritas son una excepción. Me gustan porque nacen en cualquier parte. Son las flores de todos. Flores populares. Además, sus pétalos nos ayudan a saber si sí o si no. Y si les preguntamos también nos ayudan a decidir si sí o si no. Las margaritas son el tarot de las flores. Ahora que acaba de empezar el año son muchos los que deshojan pétalos blancos para afrontar los doce meses que tenemos por delante. Sí, no, sí, no, sí. Mientras escribo sobre la incertidumbre reflejada en los pétalos de las margaritas, escucho una canción que me ha enviado mi amigo Nacho, es de El Kanka, Propósitos del Año Nuevo. Anima a vivir sin estereotipos, sin ataduras y a reconocer, con naturalidad, la imperfección inherente al ser humano. El mismo mensaje que he estado transmitiendo en estos meses de atrás en la promoción de mi última novela. ¡Sean libres! Libres de verdad, no libres al estilo Ayuso. Eso no es libertad.
Los inicios del año son como los inicios de la semana, dejamos para esas fechas los proyectos u obligaciones que nos cuestan o que nos imponen o que odiamos. Del lunes no pasa. A partir del lunes, sin falta. Casi todos los lunes del año son como cada 1 de enero: el lunes empezaré la dieta, el lunes empezaré a hacer ejercicio, el lunes me apunto a clases de inglés, el lunes dejo de fumar. Y sabemos que volveremos a repetir estos mismos compromisos otro lunes y otros 1 de enero, porque ni queremos hacer dieta, ni ejercicio, ni dejar de fumar, ni aprender inglés. Solo nos mueve ese anhelo de perfección que nos inculcan las redes sociales o el cine o los manuales de autoayuda o las canciones de moda. Una perfección que resulta realmente asfixiante. Resulta curioso que algo que no existe, la perfección humana, nos esclavice. En este año que acaba de empezar, nos debemos marcar otros propósitos como estar de buen humor todo el tiempo, no tener miedo y consultarle a las margaritas cada vez que tengamos dudas: sí, no, sí, no.

ARCHIVADO EN: PSOE, Antonio Machado, Novela