Loli Escribano

SIN RED

Loli Escribano

Periodista


El rasero invisible

26/06/2020

Pasan de largo este año los sanjuanes. Pasan de largo como pasó la Semana Santa y los pre sanjuanes y tantas fiestas de nuestros pequeños pueblos. Igual que ha pasado el curso escolar. Con más pena que gloria. Yo siempre identifico el fin de curso con las fiestas de San Juan porque cuando yo era pequeña el martes te daban las notas y el miércoles empezaban las fiestas sin bajar al pregón. Las fiestas de mi niñez las recuerdo más de cuadrilla y de barrio. Pero el jueves, sí, el jueves nos íbamos a la saca después de ponerles a los coches unas florecillas silvestres de color amarillo. Este año casi ni se sabe cuándo ha acabado el curso escolar. Lo de la enseñanza telemática es como el teletrabajo: no se sabe ni dónde empieza ni dónde acaba. 
Me consta que los padres sorianos están que bufan. La organización del curso durante el estado de alarma ha sido desastrosa. Para empezar, la Consejería de Educación decidía en marzo mantener el curso de manera telemática. Eso sí, sin facilitar recursos. Como si en cada casa hubiera un ordenador para cada miembro de la familia. Se da por hecho que todas las familias están cortadas por el mismo patrón. Hay algunas que hasta tienen que vivir de la ayuda de las instituciones como para tener ordenadores en casa. Se percibe una evidente tendencia a generalizar como queriendo igualarnos a todos con un rasero invisible. No hay dos familias iguales ni dos alumnos iguales ni dos profesores iguales. De la misma manera que  el sistema sanitario al inicio de la pandemia se colapsó pero enseguida se ordenó para buscar soluciones inmediatas; el sistema educativo ha sido un auténtico caos. Se ve que a la Junta la educación y la formación no le parece tan prioritaria como la necesidad moral de salvar vidas. No ha habido una reacción rauda  y contundente para no perder el último trimestre con el confinamiento. Como cada maestrillo tiene su librillo (o su ordenadorcillo), cada curso y cada asignatura han tenido su propio rumbo. Es como si a la Junta lo único que le hubiera importado en este tiempo es que no encabezáramos el ranking de los más contagiados o el de las ratios de defunciones. Y como el tiempo pasa volando llegará septiembre con los mismos problemas con los que hemos despedido este curso tan raro. Aún no se sabe cómo van a cumplir en los centros escolares con la distancia social. Ni hay espacio suficiente, ni profesorado, ni recursos materiales para cumplir con la normativa que preserve del contagio a los alumnos. Sin lugar a dudas la vida es lo más importante, pero sería conveniente que se tuviera en cuenta que la educación es uno de los pilares para esas vidas de los futuros ciudadanos adultos de este país.  ¿Dónde está el rasero para resolver todos los problemas con el mismo interés?