Lo de las campañas comerciales y el consumismo, me resulta agotador. Lo que hace unos pocos años empezó siendo el Black Friday, o sea, un viernes loco de compras compulsivas a precios rebajados, se ha estirado a un mes. Acabo de leer en un medio de comunicación, que una conocida marca establece su Black Friday del 2 al 27 de noviembre. Tendrá que cambiarle el nombre: Black November. Lo mismo ocurre con la campaña de Navidad, que ya se estira desde finales de septiembre hasta casi febrero. Estirar y estirar para sacar más beneficio. 
Para estiramiento el que ha arrojado la última Encuesta de Población del INE. La población soriana se ha estirado desde el verano. En Soria hemos vuelto a pasar la barrera de los 90.000, algo que no sucedía desde 2016. Se lo debemos a los inmigrantes, porque de los 269 nuevos ciudadanos, todos son extranjeros menos uno. Espero que, con estos datos, a García-Gallardo, ese vicepresidente en edad militar, no se le hinche la vena xenófoba como el otro día demostró con aquel video que colgó en las redes sociales delante del balneario de Medina del Campo. Esas explosiones de odio, de ira y de aporofobia tienen su repercusión como hemos visto en los disturbios de las concentraciones que convocó esta semana la extrema derecha en las sedes del PSOE. A esos radicales les da igual la amnistía o la migración o el fútbol. Salen a la calle, con la excusa de manifestarse en contra de algo, para descargar el odio y la violencia que llevan dentro. Y se amparan en una distopía de patria que se inventan para justificarse y auto convencerse de que si no fuera por ellos, España se iría a la mierda. ¡Qué sabrán lo que es España! España no es odio, no es violencia. España es democracia.
Las imágenes de los disturbios de estas noches pasadas en Madrid ponían la piel de gallina. Los insultos a un reportero de la Sexta llamándole maricón me parecieron tan retrógrados, que me hicieron recordar al asesino de García Lorca cuando, horas después de matarle, se vanagloriaba, alternando en los bares, con la mítica frase, «le he metido dos tiros en el culo a Lorca, por maricón». Quizá si hubiera una concentración pro amnistía, todos los que se empeñan en sembrar de odio esa España y esa patria que supuestamente defienden, se sorprenderían. A todos esos violentos y radicales les recordaría que los demócratas ahora no salimos a las calles, porque ya salimos a las urnas el pasado 23 de julio. Les recordaría que los españoles dijimos no a la extrema derecha, no al odio, no al fascismo, no a la violencia. Por centrarnos en nuestro territorio, en Castilla y León perdieron 6 de los 7 diputados que habían obtenido en los anteriores comicios. En el conjunto nacional, perdió 19 de los 52 que tenía. Les pediría que dejen de estirar y estirar y acepten el resultado de unas elecciones generales de un país demócrata.