Loli Escribano

SIN RED

Loli Escribano

Periodista


Veraneo en Soria

18/08/2023

Cuando me preguntan dónde voy de vacaciones y contesto que a Soria, muchos sonríen o, incluso, se ríen, como si no fuera un destino maravilloso de veraneo. Somos muchos los que vivimos fuera de nuestra tierra y nos apetece refugiarnos en nuestra tierra con nuestra familia y nuestros amigos. Lo de vuelve a casa por Navidad no es cierto, porque volvemos también en verano. Es un placer reencontrarnos con los que siguen en Soria y con los que, como nosotros, se fueron, porque les apetecía u obligados por cuestiones laborales y retornan. Veranear en Soria es un lujo, porque te permite dormir a pierna suelta. Pero, sobre todo, porque se demuestra con creces que aquellos que repiten que en Soria no hay nada, no saben de lo que hablan. Me encanta esta Soria veraniega llena de opciones. Las piscinas son un privilegio. Ir al San Andrés o a la Juventud es mejor que disfrutar de una piscina privada. Nos juntamos siempre los mismos. Prácticamente sólo coincidimos en el Sanan o en la Juventud, el resto del año apenas nos vemos, así que entre baño y baño nos ponemos al día después de tantos meses de ausencias. Las de los pueblos no se quedan atrás. Nos encanta ir a Almazán, Quintana Redonda, a Bayubas, a Tardelcuende, por citar unas pocas. Las compaginamos con en el pantano, la Playa Pita, con sus pedalos, o cualquiera de sus playitas conocidas o no tan conocidas.

El veraneo en Soria también nos culturiza. Hemos disfrutado de la feria del libro, Expoesía. Me encanta ese lugar de encuentro en torno al árbol de la música como testigo de conversaciones con libreros, escritores y lectores empedernidos. Es una excusa maravillosa para socializar con muchísima gente conocida y desconocida.

Hay muchos más atractivos que hacen de Soria un lugar especial de veraneo. Hemos vuelto a disfrutar del Enclave de Agua. Un submundo, como dice mi amiga Almudena. Un submundo maravilloso que convierte el entorno del Duero en un lugar mágico con sorianos y foráneos que enriquecen nuestras tardes y noches. Un lugar en el que la excusa es la música, pero al igual que Expoesía, te permite socializar con personas de lo más variopinto mientras te tomas una cerveza o te comes una empanadilla o un bocata de lomo.

No me caben en esta columna la multitud de actos veraniegos. En la capital, el teatro de calle, Soria Rock, la Banda en los parques, las rutas teatralizadas o el Voley plaza. En Almazán, las noches del convento, el festival Ven, Vive, Vuelve o el teatro de calle. En Garray, la recreación de la caída de Numancia. En Medinaceli, los diversos festivales de la Fundación Dearte. En Calatañazor, las jornadas musicales. Por citar algunos sin olvidar las fiestas rurales con sus tradiciones. A todo esto hay que añadir la oportunidad de visitar el rico patrimonio soriano. Así que no entiendo por qué se ríen cuando digo que yo veraneo en Soria.